Llega el verano y con él una época en la que dar rienda suelta a quizás uno de tus hobbies preferidos: la lectura.
Una de las ventajas que las tan deseadas vacaciones de verano nos proporcionan, es la de disponer de mucho tiempo que podemos destinar a distintas actividades. Y si durante el año tus otras obligaciones no te lo permiten, las vacaciones son un buen momento para leer todo ese listado de libros que tenías pendiente.
Es muy posible que te marches fuera, que salgas de viaje durante unos días o que pases tus vacaciones en tu segunda residencia (aunque sea en el pueblo de tus padres). Y pensarás, ¿tengo que meter en la maleta todo ese montón de libros que no me dejarán cerrarla? Pues no, no es necesario. La tecnología también te va a ser de utilidad en este aspecto. ¿O es que acaso no se te ha pasado por la cabeza que todos esos libros los podrías almacenar en un solo dispositivo? Claro que sí, los e-books pueden ser en este caso tu gran aliado.
Pero ojo…
Entre el e-book y el e-reader
Seamos puristas: aunque por “e-book” pensamos siempre en el aparatito, lo cierto es que el e-book es el contenido del aparato, o sea, la obra en sí misma.
El dispositivo es el “e-reader”, y si todavía no tienes uno, estás de enhorabuena: tras sus años de implantación, actualmente tienes en el mercado muy buenos aparatos, fiables, con grandes prestaciones, y a precios más que asequibles.
Dos marcas por las que puedes empezar a mirar un dispositivo que te salve el verano (y el resto del año) son Kindle y BQ.
Kindle es el e-reader de Amazon. La marca, lanzada en España en el 2009, supuso el revulsivo para el libro electrónico en España, y actualmente puedes encontrar modelos muy completos como el Kindle Paperwhite, o el Kindle Voyage, que además de conexión a internet tienen luz integrada.
Éste elemento es importante ya que permite leer sin otra luz que la de la propia pantalla. Otros modelos de Kindle, como el Kindle Táctil, mucho más económicos, no llevan luz incorporada, y por tanto necesitas luz externa (sol, lámparas) para poder leer la e-tinta.
Podéis ver el catálogo completo de Kindle en Amazon en este enlace.
BQ, por otro lado, es un fabricante español al que vale la pena seguir con interés. Las prestaciones de todos sus dispositivos (tablets, smartphones…) sorprenden por su calidad, y también por sus precios bastante moderados. En cuanto a e-readers, el BQ Cervantes 4G es el más popular. Tiene un buen procesador, gran capacidad, y luz integrada regulable.
Su única pega es que no es compatible con los formatos de e-book de Amazon, por lo que hay que utilizar el programa Calibre. Aunque eso ni siquiera es una pega, porque Calibre te permite gestionar y cambiar todos los formatos de tus e-books, lo que lo hace interesante tengas el dispositivo que tengas.
El peligro de las ediciones piratas
La digitalización de la lectura, sin embargo, creó un problema bastante serio al mundo del libro: el hecho de piratear los libros en papel, escanearlos, transformarlos en e-books y colgarlos en portales de descarga gratuita. ¿Es una violación de los derechos de autor? Por supuesto, no cabe duda de ello.
Sin embargo, tenemos la opción de ignorarlos y comprar legalmente los libros en portales autorizados de editoriales o en portales de distribución como Amazon. El precio de la versión electrónica siempre es más barato ya que no se cuentan los gastos de impresión en papel, por supuesto, pero con ello garantizamos una recompensa para el autor o autora de ese libro.
Otras opción muy parecida a Spotify, pero en tema publicaciones es Nubico; un portal en el que por una tarifa mensual tienes acceso a todos los libros y revistas que quieras, sin ningún tipo de límites y para todo tipo de dispositivos. También cuenta con una tienda de e-books y de dispositivos de lectura.
Lo cierto es que lo mires como lo mires, un e-reader es una inversión que si te gusta leer vále la pena. El dispositivo lo amortizas a poco que leas, y los precios de un e-book frente a la versión en papel te abren todas las puertas de la lectura, la cultura y el entretenimiento.
No suena mal, ¿no crees?
